miércoles, 16 de diciembre de 2015

Madre Monte


Como Comunicador gráfico publicitario se va por el mundo viendo y analizando todo lo relacionado con el área de conocimiento de la formación, se considera y analiza todo desde la marca y la comunicación de la misma para medir el impacto en el público. Esto da sentido a la realización personal, sobre todo cuando se trata de marcas cerveceras artesanales.

Incursionar en el mundo cervecero colombiano me llevó a hacer un curso de certificación de elaboración de cerveza para, obviamente, poder producir lo que algún día será mi propia marca de cerveza; este curso me lo impartieron grandes cerveceros artesanales, que, para mi sorpresa, tienen su propia marca de cerveza artesanal y producen buenos y variados productos de una gran calidad. La sorpresa aumentaba a medida que impartían el curso, el manejo del tema sumado con forma creativa de utilización de los enseres para cocción de las cervezas artesanales abren la imaginación en cuanto a elaboración cervecera.



La experiencia del curso es única para los amantes de la cerveza, y para los que no quieren perder su “virginidad” en temas de cerveza, porque da una visión de la gran cantidad de cervezas que se pueden fabricar además de que la calidad de cervezas en el mercado puede ser mejor. De esto, como he dicho en otras entradas, da cuenta que el 99% del mercado, colombiano, lo controla una gran “simbiosis cervecera”. Esta simbiosis, en una explicación breve del término acuñado por mí, consiste en muchas marcas que no se interpelan las unas a las otras, su comunicación no gira en desacreditar a la competencia, más bien respetan el nicho de mercado especifico de cada marca lo que genera una simbiosis equilibrada de estas respecto a su consumidores para hegemonizar ganancias.



El otro 1% son unas pocas cervecerías artesanales que compiten con productos fuera de la gama de la gran competencia. Es acá donde rescato una marca como Madre Monte que además de impulsar la cultura cervecera retan, no solo al paladar con nuevas y deliciosas cervezas, a la marca hegemónica monopolízante con una propuesta valiente que incursionar en un mercado dominado. Estos dos cerveceros artesanales, Juan Palacios y Johnny Guerrero, demuestran que para preparar cerveza solo hace falta ganas y amor por lo que se hace.



Abrir la conciencia cervecera y perder la “virginidad” de cervezas artesanales requiere valentía para salirse de lo establecido y ser un poco rebeldes, como lo son en Madre Monte.

Y mientras se encuentra el valor para probar cervezas artesanales solo puedo decir.
A por las polas!!!


lunes, 14 de septiembre de 2015

El aguilón.


Constantemente en la labor de entender los porqués de los productos cerveceros ofrecidos en Colombia llegan inquietudes las cuales intento esclarecer.

Caminando con mis mascotas, dos canes, se me antojó una cerveza, por lo que me dirigí a la tienda de barrio más cercana y preguntando al dueño de la tienda si tenía Aguilones y ante su negativa me entró la inquietud. ¿Por qué no los venden en todas las tiendas y supermercados?






La respuesta se presentó luego de interrogar a varios transeúntes y  de tienda en tienda hasta que por fin luego de caminar mucho, lo cual me agradecieron mis canes, logré encontrar una tienda que las distribuía.

Después de comprarme  un Aguilón y dos botellas de agua para mis perros me encaminé para mi casa. El camino se hizo más corto para mí, tener una cerveza fría en mi mano me dio moral para seguir caminando y, aunque no iba conversando, el trayecto junto a mis mascotas y mi cerveza se hizo más placentero.

Me compré un Aguilón porque la cantidad de cerveza aumenta; 750 ml de refrescante experiencia.  Aunque esto sea una buena razón para comercializarla en ciertos lugares la limitante es que el empaque es incómodo de transportar ya que es “pesado” y la superficie de agarre no es suficiente estable  ergonómica como para brindar la seguridad de que no se resbalará de las manos. A esto se le suma que la cerveza se consume fría y su condensación vuelve a  este empaque algo difícil de sostener y por lo tanto poco práctico para el consumo informal; bien sea caminando, como es mi caso, o sentado en alguna parte.

Si bien este empaque no se pensó para este propósito si no para servir de fuente de distribución, como una gaseosa litro, resulta necesario adecuar el empaque  (envase) para mejorar la experiencia y facilitar el transporte del producto. Esto mejoraría las proporciones de venta ya que sería más atractiva, de por sí es buena por tener más cantidad, además porque sería menos engorrosa para transportar y en situaciones menos formales daría más versatilidad al usuario.

Particularmente me gusta más los envases grandes con mayor contenido ya que se puede disfrutar más el consumo del producto.

Y mientras arreglan este inconveniente…A por las polas!




viernes, 22 de mayo de 2015

La mejor cerveza de Colombia

La pregunta que más me hacen las personas que me conocen y que han leído mis artículos es: ¿Cuál es la mejor cerveza colombiana?

Esta pregunta solo genera comentarios regionalistas y alguna disputa verbal leve en los escenarios que se plantee, esto se debe a lo regionalista que es Colombia y de esto ya he hablado anteriormente.

En casa región en Colombia hay una cerveza fuerte que representa los valores de la misma y por la que todos sus habitantes se sienten cómodos a la hora de consumirla: tradición. Mas también hay cervezas que traspasan esas barreras regionales pero se segmentan por estrato (somos el único país que estratifica y segmenta a las personas desde que nacen). Las estrategias que se usan para llegarle a cada público son efectivas y ciertamente apelar a ese regionalismo es una buena forma de vender los productos y aunque sea buena forma ayuda a generar las “fronteras invisibles” y en mi concepto no es bueno porque ¿qué le mostramos al mundo?

Colombia se divide por regiones donde se consumen determinadas cervezas y aunque la diversidad de marcas sea algo amplia no hay gran variedad de productos cerveceros. La mayoría de la oferta colombiana son cervezas lager, cada una con su propia receta pero a la final solo un tipo de cerveza.

Particularmente considero que debe haber más variedad de cervezas para poder saber cuál es la mejor ya que no podemos decidirnos, tanto por las tendencias regionales como por el gusto particular, porque no nos unimos para determinar una cerveza representante colombiana.

No podemos decir que la póker es la cerveza colombiana por excelencia solo porque es la más comercializada y más consumida por esto.



Ni que la Club Colombia es nuestra cerveza representativa solo porque es la única cerveza premium.


O que Aguila nos representa porque patrocina a nuestra gran selección de futbol.



Por eso invito a que salgan y tomen cuanta cerveza colombiana y ustedes mismos determinen cual es la mejor.

A por las polas!



martes, 5 de mayo de 2015

Códigos simbólicos

La concepción que tienen algunas marcas de sus productos las desinhiben de la percepción que le dan a su público, considerando este más que necesario para suplir una necesidad básica de sus consumidores y de esta forma menospreciándolos. Vemos entonces que estas marcas publicitan de manera arbitraria con contenidos aleatorios dependiendo de la temporada o suceso relevante que solo destacan un producto o servicio sin nada emotivo o racional que incite la compra del mismo. Es entonces cuando el consumidor toma una actitud neutra con la marca y otras marcas llegan a suplir esta necesidad de identidad individual que se busca en un producto. El consumo en este punto se vuelve algo que obliga a las marcas indagar que es lo que busca su target, aunque este no lo haga de forma consciente, y de esta forma mejorar la forma en la que se ofrece un bien o servicio y así dar cabida al crecimiento y desarrollo de la marca.



En un país como Colombia es muy necesario que algunas marcas amplíen  sus estrategias de mercado y conozcan mejor a su consumidor, que les ofrezcan a este algo irresistible para la compra, e incentivar los valores de marca con apreciaciones individuales que generen una motivación reptilica a sus usuarios.



Dentro de una investigación hecha por su servidor, en la que se aplicaron varios medios de investigación, desde febrero hasta Abril del presente año (2015),  tales como: encuestas, observación participante y distante, entrevistas, focus groups entre otros, arrojaron resultados ajenos a la especulación de las improntas sociales colombianas:

  • -       El licor está relacionado con situaciones sociales positivas: Cualquier razón de júbilo para el colombiano se debe compartir con un trago de licor, esto asienta la idea de jovialidad.
  • -       El licor se consume por los efectos que produce: bien sea en cantidad o solo unos tragos los colombianos perciben al licor y sin necesidad de llegar al total estado de embriaguez; la reacción al licor en específico es con un estado positivo y motivante. El sesgo dictamina que el licor empeora los estados y se trata de apelar a que los estados producidos por el mismo lleva a consecuencias, violencia, accidentes… pero para los colombianos es más positivo.
  • -       La cerveza es la tercera bebida alcohólica más consumida por los colombianos: esta conclusión se puede verificar en la revista P&M. Además de concluir lo mismo refiero a una razón arrojada por mi investigación, preferimos la cerveza porque es mucho más significativa para la sociedad, es decir, se tiende a personificar a la cerveza por los contextos sociales estos, reiterando, son positivos.
  • -       Y aunque algunos no lo reconozcan, se toma para emborracharse.



Acá vemos que el mercado colombiano trata de introducir una variedad, en marcas, de productos cerveceros sin alcohol. Estos productos son innovadores pero ¿qué tan acertados son?

“Una cerveza que se pueda tomar en cualquier parte” Es la premisa que manejan las marcas (no hago apologías de ningún tipo solo considero críticamente hay que pensar más en el consumidor) considerando a esta una buena razón para promover el consumo. Resulta contradictorio, por un lado tenemos una tendencia clara de buscar algo además del acompañamiento a las ocasiones especiales y por el otro tenemos la tentativa de tomar una cerveza en un contexto totalmente diferente donde hacerlo representaría una mala opinión pública.

¿Cómo determinar cuál de estos dos códigos sociales es el “correcto”? dependiendo de cuál sea la respuesta, si buena o mala, es una forma de llevar un mensaje masivamente pero no se está considerando las claves simbólicas correctas para proporcionarle al consumidor un elemento que contribuya a la satisfacción del mismo. Además si observamos las dinámicas de consumo y la investigación de los significados sociales relacionados al producto podemos entender la psicología del consumidor relacionando al producto con una experiencia vivida en su pasado para reconocer un estímulo positivo con el mismo. En este caso, para la gran mayoría de los colombianos, las primeras experiencias con el alcohol representan estados de euforia, en algunos casos, como de desinhibición y saciedad; lo que lleva a un comportamiento “errático” en relación al habitual,  de lo que se deduce que el consumo del mismo está estrechamente relacionado con los efectos que este tiene en el consumidor y de cómo estos efectos pueden hacer la diferencia en un ámbito social. Esto nos lleva a pensar que la comprensión de la memoria límbica del sujeto nos lleva a evocar una acción reptílica lo que hace efectivo un mensaje: “tomar cerveza es buena con amigos”.

Pensamos entonces que la manera de vender bebidas alcohólicas, específicamente cerveza, en este país dictamina varios caminos creativos enfocados en las vivencias de experiencias, situaciones sociales positivas; una cerveza sin alcohol se supone poco práctica, pero ¿hasta qué punto es rentable introducir este nuevo producto al mercado?
La solución que dan las marcas a este problema es enfocar esa memoria límbica y darle un giro innovador que soluciona al mismo; queremos tomar alcohol porque lo relacionamos a un estado positivo, entonces, tomemos una cerveza que no emborrache en un ambiente estricto para mejorar el rendimiento o la experiencia en estos, es decir: consumir una cerveza en el trabajo para hacer de este algo no tan monótono pero sin la desventaja de perder la capacidad de desempeñarse en él óptimamente. Esta estrategia funciona ya que no consideramos los contras de los efectos del alcohol y así este producto se vuelve necesario para el mercado.



Las campañas de las marcas son, en relación a lo visto, innovadoras y efectivas ya que apela al impulso del hombre por tomar cerveza pero sin la repercusión de un mal visto social o por lo menos  a eso le apuntan las campañas. La realidad es que el paradigma social prohíbe de manera tajante el consumo de este tipo de productos en un ambiente determinado ligado a cierta solemnidad en la que los comportamientos se rigen a códigos de conducta estrictos; situaciones como las que proponen las marcas para el consumo de su producto sin alcohol demuestra el desconocimiento de una sociedad conservadora como la colombiana, en la que las instituciones son los referentes de ética y conducta.

lunes, 27 de abril de 2015

Demanda cervecera

Para los que fueron a comprar una cerveza saliéndose de su zona de confort y la degustaron solo por el amor al producto, por probar una nueva “pola”, además de exaltarles la valentía,  ya que no es nada fácil probar nuevas cosas, quiero preguntarles cómo les pareció la experiencia.

Nosotros los colombianos tenemos una tendencia a ser conservadores, aunque esta tendencia no es particularmente una camisa de fuerza es un constructo social heredado, consideremos a nuestros padres como los primeros apóstoles de marca, de ellos heredamos ciertas prácticas comerciales como el gusto a determinadas comidas, ropa, música y hasta la preferencia en los licores. ¿Por qué digo esto? Nuestros procesos de aprendizaje en gran medida los debemos a la imitación y repetición de patrones que vemos, bien sea en la casa, el colegio, con los amigos… estos patrones los apropiamos para formar una identidad propia como constructo de nuestra personalidad, hábitos, creencias, entre otros aspectos personales. En suma vemos que nuestras preferencias a la hora de determinar qué cerveza tomar tiene una trasfondo y a pensar de que somos individuos somos convergencias de procesos sociales.

El énfasis que quiero hacer a los padres como factor primario que determina la tendencia de consumo de cerveza es para incitar a los futuros padres a que guíen a sus hijos (además del consumo responsable, no solo de cerveza sino de toda bebida alcohólica) para que sean más abiertos a dicho consumo y para que exploren nuevas propuestas de cerveza. Casarse con una marca es normal, debemos este “matrimonio” a factores como región, asequibilidad del producto, precio, predilección por el concepto de la marca, características del producto, efectos del mismo… son muchas las razones a tener en cuenta a la hora de casarse con una marca y estos factores determinan la oferta y la demanda de todos los productos cerveceros (luego explicaremos detalladamente todos los factores).

En este punto percibimos un panorama complicado, muchas cosas de las que no somos conscientes a la hora de escoger una cerveza, mas aterrizando el consumo a prácticas más primarias vemos que a la hora de escoger una cerveza no tenemos muchas opciones; son pocas las cervezas colombianas en el mercado. En parte es por desconocimiento de la oferta lo que limita nuestro deseo de compra; esto es, al conocer varias ofertas y al estar deseosos de nuevas el consumo de la diversidad de productos cerveceros aumenta.

Si de verdad te quieres abrir al mundo cervecero es necesario entender y probar nuevas cervezas, también es necesario explorar el mercado ya que este es el medio de adquisición; entre más demanda tengan las marcas de productos cerveceros nuevos se presionará a la introducción al mercado colombiano de nuevas cervezas, de esta forma crecería la oferta y variedad de productos cerveceros  y todo esto para acrecentar la cultura cervecera en el país.


jueves, 23 de abril de 2015

Cerveza y publicidad

Retomando mi blog y su perspectiva característica del consumo de cerveza veo necesario darle un enfoque más particular respecto a mi carrera, la publicidad, ya que me parece sumamente interesante dar una visión más crítica sobre el cómo se comercializa el producto, que para mí, es impecable y perfecto; siempre y cuando entendamos a la cerveza como un producto con un sinfín de recetas y de formas en las que cada una es especial dado que tiene sus propias características, tanto físicas como químicas, además de su diversidad en nombres y atributos diferenciadores. Es acá donde las cosas se ponen más interesantes: dentro de la gran cantidad en la oferta de cervezas ¿Cuál debo comprar?, ¿Cómo determinar la calidad de la misma y sus atributos diferenciadores?, ¿A qué marca creerle su discurso publicitario?... todas estas preguntas y más podríamos hacer para tratar de indagar por el fin último  que es saber: Cuál es la mejor cerveza.

Fotografía tomada por su servido de algunas de las cervezas coleccionadas


En este preámbulo solo para testear un solo aspecto dentro del comercio cervecero: el producto, cerveza, que tiene unas características, además de las ya nombradas, como sus efectos en la persona individual y social, la asociación de esta con connotaciones sociales es importantísima para entender su consumo. Pero para efectos de este escrito no ahondaré mucho en tantos aspectos, me basta con enunciar algunos con el fin de mostrar a mis lectores los diversos factores a la hora de escoger una cerveza.

Pero antes de seguir dando razones o explicaciones sobre que cerveza elegir, eso vendrá a su tiempo, quiero proponer un pequeño ejercicio:
Paso 1: Ir a la tienda más cercana

Paso 2: Comprar una cerveza (fácil) pero salte de tu zona de confort y elige una que habitualmente no compras o simplemente una cerveza que no te guste.

Paso 3: Tratar de describir la sensación producida por esta cerveza.

Paso 4: Escribe, preferiblemente a este blog o a mi persona, tus conclusiones.

Con este pequeño ejercicio le daremos punto de partida a mi próxima entrada al blog mientras eso y como siempre. A por las Polas!


jueves, 8 de enero de 2015

Empecemos el año con Cerveza

Después de haber descansado y aprovechando las fiestas navideñas este año lo quiero comenzar, además de mis más sinceros deseos positivos para todos mis lectores, con algo de cerveza; año nuevo, vida nueva dice el adagio popular en mi país pero para mí hay algo inmutable: El amor a la cerveza.

En estas pasadas fiestas si fue mucho lo que se compartió con este producto, y hasta regalos temáticos cerveceros recibí y entregue a mis seres queridos, fueron muchos los momentos gratos que pude compartir con todos y con la cerveza y este año me propongo que esta tradición no se pierda y asimismo poder contribuir en la industria local cervecera, lo que sería conseguir trabajo en alguna empresa cervecera (en la cervecería local de mi ciudad) y poder desempeñarme y hacer lo que amo.

Ya dejaré los propósitos y buenas intenciones para hablar del tema que me gusta y de una experiencia reciente:

Caminando por mí distribuidora local de cervezas y después de pasar un largo rato viendo cual cerveza me faltaba por probar encontré algo que me llamó la atención: cervezas libres de alcohol. Las marcas colombianas que tienen estos productos le apuestan a consumo responsable de sus productos y a la inclusión de los mismos en mercados nuevos, lo que me parece oportuno y apropiado que no se extienda la visión de que la cerveza solo emborracha como ya he escrito anteriormente. (Ver http://catandocerzas.blogspot.com/2014/10/como-tomar-cerveza-comohe-dicho.html )

Pero ¿qué tan preparado está el consumidor para estos productos?

En la tarea de responder esta pregunta pregunté a muchos consumidores de las cervezas sin alcohol y el 99% de las personas mostraron su desencanto por el producto: “Es como tomar cebada y no tiene gracia”, “Gusta más un dulcecito de anís” y la que me pareció más ocurrente “eso pa` que si no emborracha”. La visión de estos productos son muy cerrados para el consumidor que busca el confort de una bebida con alcohol pero mesurado, es decir, que nuestro paladar está más acostumbrado a la cerveza tradicional que otros tipos, en este caso el que es sin alcohol, no saben bien y además del sabor no se introducen al mercado de forma que llegue al público adecuadamente.

Las cervezas sin alcohol son buenas bebidas hidratantes que tienen muchas propiedades saludables para el cuerpo, es tan buena que se les recomienda a deportistas de alto rendimiento para reponer fluidos y aún más, es propicio que las mujeres en estado de lactancia beban cerveza sin alcohol para que sus cuerpos puedan producir mayor cantidad de leche materna, esto por las ventajas saludables de la cebada. Son estos datos que el consumidor no sabe y aunque Águila esté haciendo fuerza para que su producto sin alcohol se apodere de los escenarios deportivos no tienen un argumento sólido para respaldarlo. Es acá donde la publicidad juega un papel único en la forma en se sectoriza el producto.

Lo demás es que las empresas deben mejorar la forma en que muestran sus productos y más a quien van dirigidos. Comunicarle a los sectores que son el producto adecuado puede, aparte de mejorar las ventas, generar una mayo cultura alrededor de la cerveza.


Y como siempre A POR LAS POLAS!!!