Después
de haber descansado y aprovechando las fiestas navideñas este año lo quiero
comenzar, además de mis más sinceros deseos positivos para todos mis lectores,
con algo de cerveza; año nuevo, vida nueva dice el adagio popular en mi país
pero para mí hay algo inmutable: El amor a la cerveza.
En
estas pasadas fiestas si fue mucho lo que se compartió con este producto, y
hasta regalos temáticos cerveceros recibí y entregue a mis seres queridos,
fueron muchos los momentos gratos que pude compartir con todos y con la cerveza
y este año me propongo que esta tradición no se pierda y asimismo poder
contribuir en la industria local cervecera, lo que sería conseguir trabajo en
alguna empresa cervecera (en la cervecería local de mi ciudad) y poder desempeñarme
y hacer lo que amo.
Ya
dejaré los propósitos y buenas intenciones para hablar del tema que me gusta y
de una experiencia reciente:
Caminando
por mí distribuidora local de cervezas y después de pasar un largo rato viendo
cual cerveza me faltaba por probar encontré algo que me llamó la atención:
cervezas libres de alcohol. Las marcas colombianas que tienen estos productos
le apuestan a consumo responsable de sus productos y a la inclusión de los
mismos en mercados nuevos, lo que me parece oportuno y apropiado que no se
extienda la visión de que la cerveza solo emborracha como ya he escrito
anteriormente. (Ver http://catandocerzas.blogspot.com/2014/10/como-tomar-cerveza-comohe-dicho.html
)
Pero
¿qué tan preparado está el consumidor para estos productos?
En
la tarea de responder esta pregunta pregunté a muchos consumidores de las
cervezas sin alcohol y el 99% de las personas mostraron su desencanto por el
producto: “Es como tomar cebada y no tiene gracia”, “Gusta más un dulcecito de
anís” y la que me pareció más ocurrente “eso pa` que si no emborracha”. La
visión de estos productos son muy cerrados para el consumidor que busca el
confort de una bebida con alcohol pero mesurado, es decir, que nuestro paladar
está más acostumbrado a la cerveza tradicional que otros tipos, en este caso el
que es sin alcohol, no saben bien y además del sabor no se introducen al
mercado de forma que llegue al público adecuadamente.
Las
cervezas sin alcohol son buenas bebidas hidratantes que tienen muchas propiedades
saludables para el cuerpo, es tan buena que se les recomienda a deportistas de
alto rendimiento para reponer fluidos y aún más, es propicio que las mujeres en
estado de lactancia beban cerveza sin alcohol para que sus cuerpos puedan
producir mayor cantidad de leche materna, esto por las ventajas saludables de
la cebada. Son estos datos que el consumidor no sabe y aunque Águila esté
haciendo fuerza para que su producto sin alcohol se apodere de los escenarios
deportivos no tienen un argumento sólido para respaldarlo. Es acá donde la
publicidad juega un papel único en la forma en se sectoriza el producto.
Lo
demás es que las empresas deben mejorar la forma en que muestran sus productos
y más a quien van dirigidos. Comunicarle a los sectores que son el producto
adecuado puede, aparte de mejorar las ventas, generar una mayo cultura alrededor
de la cerveza.
Y como siempre A POR LAS
POLAS!!!