La cerveza Águila es una cerveza rubia tipo pilsen,
pocos grados de alcohol y color dorado claro, que es representativa en mi país:
refrescante, ligera, “parchada” que sirve para compartir en todo momento con
los amigos; icónica en el patrocinio del deporte del futbol puntualmente a la Selección
Colombia.
Particularmente me
gusta mucho, tanto por su sabor como por su cuerpo, además de que en mi ciudad,
Medellín, se vende una versión de 550 ml del producto llamado Aguilón. Para mí
son 550 ml de sosiego; generalmente la comparto con alguien (sé que hago mucho énfasis
en compartir pero es mi razón para tomar cerveza) que quiera acompañar y seguir
mis gustos además de que gusta para pasar en buen rato.
Lo que no me gusta de
la Águila es como la comercializan, la publicidad que le hacen o más bien como
hacen que la compren, mi país es muy grande y rico en muchos aspectos menos en
cultura cervecera; no me parece que el atributo diferenciador del producto sean
viejas en bikini, aunque tentador no me parece un buen incentivo, me parece que el
sentido de una camisa amarilla da más sentido de pertenencia, la belleza de las
mujeres decae con el tiempo y cómo publicista me parece que ese tipo de
estrategias se deben enfocar en otros productos; la camisa, como venía
diciendo, resalta mejores valores de marca. Durante el mundial el país se unió
bajo esa camisa, una selección hizo lo que ningún político o empresa ha podido
hacer, y si la arca se identifica con esta grandeza del futbol colombiano; esto
es un concepto poderoso, decir que es la cerveza del país y no solo de regiones.
La próxima vez que
tomen un Águila piensen ¿Esta es cerveza es Colombia o solo es Medellín o Bogotá
o Cartagena?
Y como siempre A POR LAS
POLAS