Siempre
he hablado de lo pobre que es mi país en cuanto a cultura cervecera y
particularmente esto me inquieta; yo quiero ser crítico cervecero y desempeñar
mi oficio como comunicador gráfico publicitario en esta área. ¿Cómo se puede ser
crítico cervecero en un país que tiene una pobre cultura cervecera?
Parto
del hecho la visión que tiene el colombiano promedio de la cerveza: La cerveza
solo es un licor, no conocen las dinámicas sociales que se desenvuelven en
torno a ella, no tiene un propósito o finalidad además del ya citado en
entradas de blog anteriores… por no hablar de historia y del impacto en la
humanidad que este noble liquido ha tenido. La visión de esto es algo
desconcertante para alguien como yo que busca mercados específicos, la
propagación del consumo responsable del producto, la idealización de la cerveza
como alternativa social a las falencias comunicativas de la misma…
Citando
a Mahatma Gandhi “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Mi visión sobre la
cerveza siempre intento difundirla y evocando empatía con las demás personas logro
que algo de esta visión se contagie. Estoy convencido de mis ideales y
creencias en muchos aspectos y la convicción más arraigada es la que tengo por
la cerveza; si algo puedo decir es que el amor a este producto, le dio propósito a mi
vida. Porque es de los productos más antiguos, rico en historias y diversidad
en presentaciones, colores y sabores.
Es
acá cuando en mi país veo una cerveza artesanal que considera lo mismo que yo:
Tres Cordilleras.
Esta
cervecería invita a conocer más la cerveza, una propuesta diferente, cómo se
elabora y lo mejor todo esto en un ambiente propicio: rockcito y cerveza. Los
valores que esta cervecería me transmitió a mí y a mis amigos cuando la
visitamos fue más que grata. Y la invitación mía para ustedes es que, si viene
a Medellín, vayan a esta cervecería y empápense como hice yo de cultura
cervecera.
Mientras
eso como es costumbre mía A POR LAS POLAS!!!
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